Si los acostumbras desde pequeños suelen ser muy sociables, sobre todo con los perros. Con los pájaros tendrás que tener algunas precauciones, ten en cuenta que son animales muy curiosos y con instintos predadores, por lo que podrían llegar a lastimarlos. Los gatos tienen hábitos solitarios y es probable que estos tarden más tiempo en aceptarlos como compañeros de juegos.